قِيلَ لَهَا ادْخُلِي الصَّرْحَ فَلَمَّا رَأَتْهُ حَسِبَتْهُ لُجَّةً وَكَشَفَتْ عَن سَاقَيْهَا قَالَ إِنَّهُ صَرْحٌ مُّمَرَّدٌ مِّن قَوَارِيرَ قَالَتْ رَبِّ إِنِّي ظَلَمْتُ نَفْسِي وَأَسْلَمْتُ مَعَ سُلَيْمَانَ لِلَّهِ رَبِّ الْعَالَمِينَ
﴿٤٤﴾
Julio Cortes
Se le dijo: «¡Entra en el palacio!» Cuando ella lo vio, creyó que era un estanque de agua y se descubrió las piernas. Dijo él: «Es un palacio pavimentado de cristal». Dijo ella: «¡Señor! He sido injusta conmigo misma, pero, como Salomón, me someto a Alá, Señor del universo».
Raúl González Bórnez
Se le dijo: «¡Entra en el palacio!» Pero al verlo creyó que era un estanque de agua y descubrió sus piernas. Él dijo: «En verdad, es un palacio de cristal pulido.» Ella dijo: «¡Dios mío! En verdad, he oprimido mi alma y me someto, junto a Salomón, al Señor del Universo.»
Muhammad Isa García
Se le dijo: "Entra en el palacio [que los yinnes habían construido para Salomón]". Cuando ella lo vio, pensó que ingresaría a un estanque de agua y se recogió el vestido. Dijo [Salomón]: "Todo este palacio es de cristal pulido". Dijo ella: "¡Señor mío! He sido injusta conmigo misma [al adorar a otros junto a Dios], me someto junto con Salomón al [único] Dios, el Señor del universo".