وَمَا كَانَ قَوْلَهُمْ إِلاَّ أَن قَالُواْ ربَّنَا اغْفِرْ لَنَا ذُنُوبَنَا وَإِسْرَافَنَا فِي أَمْرِنَا وَثَبِّتْ أَقْدَامَنَا وانصُرْنَا عَلَى الْقَوْمِ الْكَافِرِينَ
﴿١٤٧﴾
Muhammad Isa García
No pronunciaban otras palabras más que: "¡Oh, Señor nuestro! Perdona nuestros pecados y nuestros excesos. Afirma nuestros pasos y concédenos el triunfo sobre los que rechazan la verdad".