وَإِذَا رَأَيْتَهُمْ تُعْجِبُكَ أَجْسَامُهُمْ وَإِن يَقُولُوا تَسْمَعْ لِقَوْلِهِمْ كَأَنَّهُمْ خُشُبٌ مُّسَنَّدَةٌ يَحْسَبُونَ كُلَّ صَيْحَةٍ عَلَيْهِمْ هُمُ الْعَدُوُّ فَاحْذَرْهُمْ قَاتَلَهُمُ اللَّهُ أَنَّى يُؤْفَكُونَ
﴿٤﴾
Julio Cortes
Cuando se les ve, se admira su presencia. Si dicen algo, se escucha lo que dicen. Son como maderos apoyados. Creen que todo grito va dirigido contra ellos. Son ellos el enemigo. ¡Ten, pues, cuidado con ellos! ¡Que Alá les maldiga! ¡Cómo pueden ser tan desviados!
Raúl González Bórnez
Y cuando les ves te sorprende su aspecto y cuando hablan escuchas lo que dicen, pero son como palos secos apoyados contra la pared. Creen que cualquier grito va dirigido contra ellos. Son el enemigo, así que, ten cuidado con ellos. ¡Qué Dios acabe con ellos! ¡Qué desviados están!
Muhammad Isa García
Cuando los observas te agrada su aspecto, y cuando hablan prestas atención a sus palabras, pues parecen maderos bien afirmados; pero cada vez que se alza la voz se sobresaltan, porque creen que es contra ellos. Ellos son el enemigo, sé precavido con ellos. Dios los destruirá por haberse desviado tanto.