يَا أَيُّهَا الَّذِينَ آمَنُوا لَا تَدْخُلُوا بُيُوتَ النَّبِيِّ إِلَّا أَن يُؤْذَنَ لَكُمْ إِلَى طَعَامٍ غَيْرَ نَاظِرِينَ إِنَاهُ وَلَكِنْ إِذَا دُعِيتُمْ فَادْخُلُوا فَإِذَا طَعِمْتُمْ فَانتَشِرُوا وَلَا مُسْتَأْنِسِينَ لِحَدِيثٍ إِنَّ ذَلِكُمْ كَانَ يُؤْذِي النَّبِيَّ فَيَسْتَحْيِي مِنكُمْ وَاللَّهُ لَا يَسْتَحْيِي مِنَ الْحَقِّ وَإِذَا سَأَلْتُمُوهُنَّ مَتَاعًا فَاسْأَلُوهُنَّ مِن وَرَاء حِجَابٍ ذَلِكُمْ أَطْهَرُ لِقُلُوبِكُمْ وَقُلُوبِهِنَّ وَمَا كَانَ لَكُمْ أَن تُؤْذُوا رَسُولَ اللَّهِ وَلَا أَن تَنكِحُوا أَزْوَاجَهُ مِن بَعْدِهِ أَبَدًا إِنَّ ذَلِكُمْ كَانَ عِندَ اللَّهِ عَظِيمًا
﴿٥٣﴾
Julio Cortes
¡Creyentes! No entréis en las habitaciones del Profeta a menos que se os autorice a ello para una comida. No entréis hasta que sea hora. Cuando se os llame, entrad y, cuando hayáis comido, retiraos sin poneros a hablar como si fueráis de la familia. Esto molestaría al Profeta y, por vosotros, le daría vergüenza. Alá, en cambio, no Se avergüenza de la verdad. Cuando les pidáis un objeto hacedlo desde detrás de una cortina. Es más decoroso para vosotros y para ellas. No debéis molestar al Enviado de Alá, ni casaros jamás con las que hayan sido sus esposas. Esto, para Alá, sería grave.
Raúl González Bórnez
¡Oh, creyentes! No entréis en las casas del Profeta, excepto si se os concede permiso para una comida, pero sin presentarse previamente, a la espera de que esté lista. Más bien, entrad cuando se os invite y marchaos cuando terminéis y no os quedéis charlando. En verdad, tal conducta molesta al Profeta, aunque le da vergüenza decíroslo. Pero Dios no se avergüenza de la verdad. Y cuando queráis pedirles algo de la casa a ellas, hacedlo desde detrás de una cortina. Eso es más puro para vuestros corazones y para los corazones de ellas. No debéis molestar al Mensajero de Dios ni casaros jamás con sus esposas después de él. Eso sería algo gravísimo ante Dios.
Muhammad Isa García
¡Oh, creyentes! No entren en la casa del Profeta a menos que los invite a comer, y no estén procurando la ocasión [de que los invite]. Si fueran invitados, entren, y cuando hayan terminado de comer, retírense y no se demoren hablando, porque eso incomoda al Profeta y se avergüenza [de pedirles que se retiren]; pero Dios no se avergüenza de [decir] la verdad. Cuando les pidan algo [a las esposas del Profeta], háganlo detrás de una cortina. Esto es más puro para los corazones de ustedes y los de ellas. No deben molestar al Mensajero de Dios ni deben casarse nunca con quienes fueron sus esposas, porque eso es grave ante Dios.