وَاذْكُرْ أَخَا عَادٍ إِذْ أَنذَرَ قَوْمَهُ بِالْأَحْقَافِ وَقَدْ خَلَتْ النُّذُرُ مِن بَيْنِ يَدَيْهِ وَمِنْ خَلْفِهِ أَلَّا تَعْبُدُوا إِلَّا اللَّهَ إِنِّي أَخَافُ عَلَيْكُمْ عَذَابَ يَوْمٍ عَظِيمٍ
﴿٢١﴾
Julio Cortes
Y recuerda al hermano de los aditas, que advirtió a su pueblo en al- Ahqaf -y hubo otras advertencias antes y después de él-. «¡No sirváis sino a Alá! Temo por vosotros el castigo de un día terrible».
Raúl González Bórnez
Y recuerda al hermano de Ad, cuando amonestaba a su pueblo en Al-Ahqaf, y otros amonestadores habían venido antes y vendrían después de él: «No adoréis más que a Dios. En verdad, temo para vosotros el castigo de un día inmenso.»
Muhammad Isa García
Y recuerda [¡oh, Mujámmad!] al hermano de la tribu de ‘Ad, [el Profeta Hud] cuando advirtió a su pueblo en las dunas [donde habitaban]. Todos los Mensajeros que fueron enviados, antes y después de él, decían a sus pueblos: "No adoren sino a Dios, temo que los azote el castigo de un día terrible".