يَا أَيُّهَا الَّذِينَ آمَنُواْ إِنَّ كَثِيرًا مِّنَ الأَحْبَارِ وَالرُّهْبَانِ لَيَأْكُلُونَ أَمْوَالَ النَّاسِ بِالْبَاطِلِ وَيَصُدُّونَ عَن سَبِيلِ اللّهِ وَالَّذِينَ يَكْنِزُونَ الذَّهَبَ وَالْفِضَّةَ وَلاَ يُنفِقُونَهَا فِي سَبِيلِ اللّهِ فَبَشِّرْهُم بِعَذَابٍ أَلِيمٍ
﴿٣٤﴾
Julio Cortes
¡Creyentes! Muchos doctores y monjes devoran, sí, la hacienda ajena injustamente, desviando a otros del camino de Alá. A quienes atesoran oro y plata y no lo gastan por la causa de Alá, anúnciales un castigo doloroso,
Raúl González Bórnez
¡Oh, los que creéis! En verdad, muchos de los doctores de la ley y de los sacerdotes se comen, sin derecho, los bienes de la gente y les apartan del camino de Dios. Y, a quienes atesoran el oro y la plata y no los gastan por la causa de Dios, anúnciales un castigo doloroso
Muhammad Isa García
¡Oh, creyentes! Muchos de los rabinos y monjes se apropian del dinero ajeno sin derecho, y desvían [a la gente] del sendero de Dios. A aquellos que atesoren el oro y la plata y no contribuyan por la causa de Dios, anúnciales un castigo doloroso.