لَيْسَ عَلَى الْأَعْمَى حَرَجٌ وَلَا عَلَى الْأَعْرَجِ حَرَجٌ وَلَا عَلَى الْمَرِيضِ حَرَجٌ وَلَا عَلَى أَنفُسِكُمْ أَن تَأْكُلُوا مِن بُيُوتِكُمْ أَوْ بُيُوتِ آبَائِكُمْ أَوْ بُيُوتِ أُمَّهَاتِكُمْ أَوْ بُيُوتِ إِخْوَانِكُمْ أَوْ بُيُوتِ أَخَوَاتِكُمْ أَوْ بُيُوتِ أَعْمَامِكُمْ أَوْ بُيُوتِ عَمَّاتِكُمْ أَوْ بُيُوتِ أَخْوَالِكُمْ أَوْ بُيُوتِ خَالَاتِكُمْ أَوْ مَا مَلَكْتُم مَّفَاتِحَهُ أَوْ صَدِيقِكُمْ لَيْسَ عَلَيْكُمْ جُنَاحٌ أَن تَأْكُلُوا جَمِيعًا أَوْ أَشْتَاتًا فَإِذَا دَخَلْتُم بُيُوتًا فَسَلِّمُوا عَلَى أَنفُسِكُمْ تَحِيَّةً مِّنْ عِندِ اللَّهِ مُبَارَكَةً طَيِّبَةً كَذَلِكَ يُبَيِّنُ اللَّهُ لَكُمُ الْآيَاتِ لَعَلَّكُمْ تَعْقِلُون
﴿٦١﴾
Julio Cortes
El ciego, el cojo, el enfermo, vosotros mismos, no tengáis escrúpulos en comer en vuestras casas o en casa de vuestros padres o de vuestras madres, en casa de vuestros hermanos o de vuestras hermanas, en casa de vuestros tíos paternos o de vuestras tías paternas, en casa de vuestros tíos maternos o de vuestras tías maternas, en casa cuyas llaves poseéis o en casa de un amigo. No tengáis escrúpulos en comer juntos o por separado. Y, cuando entréis en una casa, saludaos unos a otros empleando una fórmula venida de Alá, bendita buena, Así os aclara Alá las aleyas. Quizás, así, comprendáis.
Raúl González Bórnez
No hay falta en que el ciego, el lisiado, el enfermo o vosotros mismos, comáis en vuestras casas o en las casas de vuestros padres o de vuestras madres, de vuestros hermanos, de vuestras hermanas, o en las casas de vuestros tíos paternos o de vuestras tías paternas o de vuestros tíos maternos o de vuestras tías maternas o en aquellas de las que poseéis las llaves o en las de vuestros amigos. No hay falta si coméis juntos o separados. Y cuando entréis en las casas saludaos con una fórmula venida de Dios, bendita y buena. Así es como Dios aclara para vosotros Sus señales, para que, quizás de esa manera, reflexionéis.
Muhammad Isa García
No es motivo de reproche que el ciego, el cojo, el enfermo ni ustedes mismos coman [de lo que les ofrezcan, ya sea comida procedente] de su propia casa, o de la casa de sus padres o de sus madres o de sus hermanos o de sus hermanas, o de sus tíos o tías paternos, o de sus tíos o tías maternos, o de aquellas [casas] que están a su cargo o [de la casa] de algún amigo; ni incurren en falta si comen juntos o por separado. Pero siempre que entren a [cualquiera de estas] casas, salúdense unos a otros con el saludo de la paz, un saludo bendecido y excelente, como Dios manda. Así es como Dios les aclara Sus Signos para que puedan comprender.